(Del 30 de Abril al 9 de Mayo)
- Suscitar el debate sobre los problemas de la comunicación.
- Que los participantes reconozcan la importancia de la comunicación no verbal y verbal.
- Favorecer la comunicación y las relaciones interpersonales.
- Fomentar la escucha activa y comprensión del compañero.
- Mostrar cómo la falta de comunicación es, muchas veces, un problema de expresión.
- Desarrollar la capacidad de escucha y síntesis.
SESION
4
Esta
sesión la dedicamos a la escucha activa y la comprensión, empezamos por
preguntarles qué diferencias había entre escuchar y oír, pocos sabían las
diferencias y muchos dijeron que era lo mismo escuchar y oír, pero al
ejemplarizar pronto entendieron la diferencia. Entre todos llegamos a
conclusiones y finalmente fueron ellos los que pusieron ejemplos. Uno muy
ejemplarizante fue “oir es cuando a mi padre o el educador me echa la charla,
le dejo hablar pero en realidad no le escucho,”, creo que este ejemplo fue el más
significativo para ellos. Posteriormente se realizó u na dinámica para afianzar
lo que fuimos aprendiendo.
Dicha
dinámica consistió en juego donde se suministro a los integrantes dos listas,
una con respuestas que favorecen la comunicación y otra con contestaciones que
la entorpecen. Cada pareja tuvo que representar un diálogo en el que uno de los
dos participó con la lista de escucha activa o de escucha ineficaz.
La
hoja con las instrucciones para la escucha activa contienian las siguientes
pautas:
Presta toda tu atención a la persona
que habla, y
dale claras muestras de ello: mírale frecuentemente a los ojos, asiente
mediante gestos y expresiones verbales.
Repite los puntos clave de aquello que
te cuente y
que parezca tener importancia para él, para darle a entender que le vas
comprendiendo.
No lo interrumpas salvo para mostrar
que atiendes
y para pedir aclaración si no entiendes algo.
La
hoja con las directrices para boicotear la conversación mostraba ejemplos que
pueden interferir en nuestra capacidad de escucha:
Hábitos
no verbales: desviar la mirada, movernos demasiado o muy poco, apoyar la cabeza
en las manos, descuidar nuestra postura, ocultar las manos, no respetar el
espacio territorial del otro, etc.
Actitudes
impulsivas: hacer evaluaciones o emitir juicios críticos, dar consejos sin que
te los pidan, tratar de contar nuestro caso o una historia mejor que la que nos
cuentan, preguntar selectivamente curioseando, disparar porqués, interpretar
retorcidamente las intenciones del otro, etc.
Posteriormente
se abrió el debate en grupo para valorar cómo se han sentido los que hablaban
en cada situación, cómo nos gustaría que los demás nos escucharan, cómo solemos
escuchar nosotros, etc.
Al
terminar la dinámica y el debate posterior, se recalcó que el truco de un buen
conversador no es ser interesante (saber hablar), sino estar interesado (saber
escuchar).
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